Servicios
terapia especializada para mujeres supervivientes de trauma por violencia física, psicológica y sexual infantil intrafamiliar
Conviértete en un refugio de sanación desde el que poder ser tú, sin miedo
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SOLICITA TU SESIÓN DE VALORACIÓN GRATUITA
Así puedo ayudarte
Sesión de Valoración
La finalidad de esta sesión es que podamos conocernos y que me puedas compartir cuáles son tus inquietudes y necesidades actuales para, así, valorar la mejor forma de ayudarte.
El objetivo es que puedas tener claridad y orientación acerca del paso a paso más adecuado para alcanzar tu objetivo de sanación.
ONLINE – VIDEOLLAMADA
30 MINUTOS DE DURACIÓN
SIN COMPROMISO
GRATUITA
Sesión Individual
Completamente adaptada a ti y a las necesidades de tu proceso.
ONLINE – VIDEOLLAMADA
Podrás realizar la terapia desde tu rincón favorito, sin tener que invertir tiempo en desplazamientos.
Solo tendrás que asegurarte de tener una buena conexión a Internet y un dispositivo que te permita ver la imagen con claridad.
90 MINUTOS DE DURACIÓN
Debido a la temática delicada que abordamos, el espacio de sesión está diseñado para que podamos tratar cada tema con tranquilidad y en profundidad, sin que tengas que preocuparte por el tiempo.
60€
SESIÓN
Así puedo ayudarte
Sesión de valoración gratuita
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El objetivo es que puedas tener claridad y orientación acerca del paso a paso más adecuado para alcanzar tu objetivo de sanación.
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Podrás realizar la terapia desde tu rincón favorito, sin tener que invertir tiempo en desplazamientos.
Solo tendrás que asegurarte de tener una buena conexión a Internet y un dispositivo que te permita ver la imagen con claridad.
90 MINUTOS DE DURACIÓN
Debido a la temática delicada que abordamos, el espacio de sesión está diseñado para que podamos tratar cada tema con tranquilidad y en profundidad, sin que tengas que preocuparte por el tiempo.
60€
Otras mujeres te lo cuentan . . .
Antes, la única escapatoria que encontraba cuando las situaciones me desbordaban era enfermar. Solo me permitía parar cuando enfermaba.La culpa me llevaba a no permitirme cuidarme. El cuerpo me llevaba a estar exhausta.
Antes era: “mis padres enferman y yo me enfermo con ellos”.
Y ahora no, ahora me he permitido diferenciarme de mi familia.
He pasado de la resignación al compromiso con mi salud.
He pasado de que la única salida que encontraba antes para parar era enfermarme a niveles máximos, a que ahora digo que no solo no voy a esperar a enfermar para parar, sino que ahora voy a luchar por mejorar mi salud.
Vivía en una vergüenza y culpa crónicas con el señalamiento de mi familia y tú, desde un lugar de amor, seguridad y comprensión, me ayudaste a entender que yo ya era adulta y que, ahora, podía ser de otra manera.
Me ayudaste a descubrir el valor de mi propia vida y a experimentar la sensación de libertad que disuelve la culpa.
Ha habido un cambio muy grande en mí contigo y es que ahora sé que hay cosas que las puedo hacer y que podría vivir volcada en los demás, pero ahora también sé que puedo elegir si las quiero hacer o no.
He sanado la complacencia y ahora me responsabilizo de mí y me priorizo.
Otras mujeres te lo cuentan
Antes, la única escapatoria que encontraba cuando las situaciones me desbordaban era enfermar. Solo me permitía parar cuando enfermaba.
La culpa me llevaba a no permitirme cuidarme. El cuerpo me llevaba a estar exhausta. Antes era: “mis padres enferman y yo me enfermo con ellos”.
Y ahora no, ahora me he permitido diferenciarme de mi familia.
He pasado de la resignación al compromiso con mi salud.
He pasado de que la única salida que encontraba antes para parar era enfermarme a niveles máximos, a que ahora digo que no solo no voy a esperar a enfermar para parar, sino que ahora voy a luchar por mejorar mi salud.
Vivía en una vergüenza y culpa crónicas con el señalamiento de mi familia y tú, desde un lugar de amor, seguridad y comprensión, me ayudaste a entender que yo ya era adulta y que, ahora, podía ser de otra manera.
Me ayudaste a descubrir el valor de mi propia vida y a experimentar la sensación de libertad que disuelve la culpa.
Ha habido un cambio muy grande en mí contigo y es que ahora sé que hay cosas que las puedo hacer y que podría vivir volcada en los demás, pero ahora también sé que puedo elegir si las quiero hacer o no.
He sanado la complacencia y ahora me responsabilizo de mí y me priorizo.
El dolor no tiene por qué ser para siempre
El dolor no tiene por qué durar para siempre